Buenas prácticas en el proceso de prototipado industrial.
El diseño de producto es un proceso iterativo en el que es necesario verificar que el modelo lleva a cabo su papel correctamente o que, por el contrario, existen puntos de mejora a corregir. De esta forma, conseguiremos que el producto terminado cubra las necesidades y expectativas del usuario o cliente final. Es aquí, donde la creación y desarrollo de prototipos son claves para conseguir el resultado final deseado.
El desarrollo de prototipado es una fase determinante a la hora de desarrollar un proyecto de diseño industrial, ya que permite prevenir y corregir posibles errores en la implementación final del producto.
¿Qué es un prototipo?
Un prototipo es un modelo aproximado, rápido y rentable que desarrollamos en una etapa temprana y que nos indica la evolución del producto. Nos sirve para testar ideas, suposiciones y para comprobar cómo utiliza el usuario o cliente final el producto que se está fabricando. Durante la fase de prototipado podemos testear y detectar fallos o errores, y así poder rectificarlos antes de la fase de desarrollo del producto final.
El objetivo es conseguir ayudar al equipo a desarrollar y seleccionar las mejores ideas que aseguren el correcto funcionamiento y acabado del producto final.
En la mayoría de las ocasiones, los prototipos dentro de un proyecto evolucionan a modelos complejos con una gran precisión y con costes muy elevados, ya que persiguen asemejarse al producto final lo máximo posible. En algunos casos, es tan alta la calidad de los prototipos conseguidos, que los clientes han llegado a anticiparlos al mercado. Esto se ha debido a que los plazos de tiempo del proyecto eran muy ajustados.
Beneficios de una buena elaboración de un prototipado industrial:
- Ahorro de tiempo y dinero. ➝ Identificación desde una fase inicial de las áreas a mejorar. ➝ Evita errores desde una fase temprana.
- Participación de usuarios finales. ➝ Permite tener un feedback de usuarios reales que permite validar el funcionamiento y la interacción.
- Creación de mejores soluciones. ➝ Productos con mejor grado de usabilidad.
Buenas prácticas en el proceso de elaboración de un prototipado industrial:
- Saber identificar el objetivo real del prototipado industrial: ¿Qué es lo que quiero validar realmente con este prototipo? ¿Las dimensiones son correctas? ¿Los materiales empleados utilizados se ajustan a los requerimientos reales del producto? ¿Tengo un buen feedback de los usuarios piloto?
- Probar con frecuencia y en cada etapa: Es una buena práctica hacer prototipos cada vez más complejos conforme se avanza en el desarrollo del proyecto. Al principio serán prototipos básicos para dar respuesta a primeras incógnitas (dimensiones, materiales…). Y, poco a poco se irán afinando los detalles para poder hacer una validación final previa a lanzar la fabricación en serie.
- Diseñar el prototipo conociendo los escenarios y características de los usuarios/clientes finales. Es importante saber escoger un usuario tipo que pueda dar una respuesta real y válida ante un prototipo. Por ejemplo: para validar la ergonomía de un cargador de vehículo eléctrico necesitaremos un conductor de un vehículo de este tipo. Es decir, que esté habituado a utilizar estos cargadores. Además, las pruebas de usabilidad pueden ir variando, pero es muy importante que sean los usuarios reales quienes lo prueben.
- Empezar desde dentro hacia fuera. Se trata de centrarse en el usuario y priorizar la información que realmente es importante para ellos.
- Prototipar sólo lo necesario. Es importante prever y/o calendarizar los prototipos que se van a llevar a cabo a lo largo de un proyecto, identificando el objetivo de cada prototipo. De esta manera, se evitan dos cosas: un sobrecoste en el prototipo o que por el contrario, no se hayan validado del todo aspectos importantes.
- Elegir las herramientas adecuadas para la creación de prototipos. Existen multitud de procesos de prototipado industrial. Desde aquellos muy sencillos (maquetas de papel a escala empleando materiales básicos), hasta otros muy complejos que permiten obtener modelos prácticamente iguales a los productos finales (impresión 3D en materiales específicos). En cada fase del proyecto hay que adecuar los métodos de prototipado a los objetivos de ese prototipo.